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jueves, 29 de diciembre de 2011

Los esclavos del Trendig Topic



Sintetizo una nota muy buena publicada en El País:

“(Es creciente el) número de decisiones empresariales, editoriales y políticas que se toman movidas por las opiniones vertidas en Twitter, o con ellas como excusa. Pero, ¿está justificada la influencia que ha adquirido esta red social? ¿Puede aceptarse como herramienta demoscópica? ¿Representa realmente el sentir social? ‘Lo que se opina en la Red es lo que se opina en la Red. Se trata de un dato relevante pero no es extrapolable a la población general’, dice el secretario de comunicación del PP, Carlos Floriano. Francisco Polo, director de Actuable, una plataforma activista online, coincide en parte. ‘Twitter no es la sociedad en absoluto, pero que miles de personas visibilicen en una red que hay algo que no les parece bien es síntoma de que hay algo mucho mayor detrás’.

“Twitter no facilita datos sobre sus seguidores y es famosa por su opacidad, pero se sabe que hay más hombres que mujeres, más habitantes de un entorno urbano que del rural, y que tienen, en su mayoría, entre 20 y 40 años, tal y como cuenta Juan Antonio del Moral, responsable de Alianzo, firma que mide y analiza redes sociales. Esto deja fuera casi a la tercera edad y a los adolescentes. ‘Una proporción significativa del país, tan importante como el resto y que no tiene la oportunidad de influir en los políticos, medios, etcétera, a través las redes sociales’, apostilla Luis Miguel González de la Garza, doctor en Derecho Constitucional y experto en sufragio electrónico.

“Esperanza Aguirre es un claro ejemplo de la desconexión que a veces existe entre Twitter y el mundo real. La política del PP se ha convertido en uno de los personajes más criticados en esta red social… Pero su impopularidad online no es extrapolable al conjunto del electorado: ha ganado con holgura la presidencia de la Comunidad de Madrid.

Pese a todo ello, para el experto en comunicación Antonio Gutiérrez Rubí, Twitter funciona como un potente sensor social y constituye una pista sociológica a tener en cuenta. ‘Toma muy bien la temperatura de la reacción que provocan los hechos de la realidad’. Y lo hace con rapidez, casi en tiempo real. Genera eco en función de la participación de la gente, de su interés por los temas. ‘El hecho de que la parte más creativa, influyente y prescriptora de nuestra sociedad participe en esta red social’ es lo que la hace especialmente relevante, continúa. ‘Es una demoscopia de personas con capacidad de crear opinión’.

“La prueba de que esta web reúne a líderes sociales es que ya hay empresas que les ofrecen ‘bastante dinero’ para que hablen en sus perfiles de determinados productos, como cuenta Enrique Dans, consultor en nuevas tecnologías y con más de 144.000 seguidores en Twitter.

“La clave, según Francisco Polo, es que los ciudadanos están empezando a utilizar las redes sociales como herramienta para ejercer el poder que tienen en la sociedad. ‘En las últimas décadas la gente tenía la impresión de que no podía cambiar su entorno. Ahora, con estas plataformas pueden influir y expresar su opinión de una forma sencilla y rápida’. Aun así, Ignacio Escolar, bloguero y exdirector del diario Público, recuerda que basta juntar la audiencia de tres o cuatro tuiteros como Dans para superar la de cualquier diario nacional.

“El trending topic (TT) o tema del momento es el equivalente a los 37.5 grados en el termómetro social de Twitter. Cuando algún tema (o hashtag) se convierte en TT es señal de que hay fiebre. Algo pasa. Alerta de que los tuits sobre un tema han aumentado mucho en un momento concreto. No de que ese sea el tema del que más se está hablando. El TT mide un pico de audiencia.

“Por ejemplo, el hashtag #justinbieber es uno de los más populares a nivel mundial, pero se mantiene constante en cuanto a cantidad de comentarios a lo largo del tiempo. Además, las personas que participan en esa conversación son casi siempre las mismas. Por eso, no es trending topic. Sin embargo, un tema del que casi no se habla puede acelerarse con menos gente coordinada de golpe, y convertirse entonces sí en TT. Los trending topics siempre aparecen destacados en la página de inicio de cada usuario. Una visibilidad muy tentadora dentro del maremágnum de 94 millones de tuits que se publican al día en esta red social.

Tratar de manipular a los tuiteros para conseguir que algo llegue a TT parece muy tentador, pero es, según los expertos, complejo. Twitter no revela cuáles son los algoritmos matemáticos que determinan qué temas se van a destacar ni qué valores se tienen en cuenta para ello. ‘La viralidad existe, si existe la gasolina que te permite incendiarla. No surge porque sí: primero tiene que haber un hecho indignante que pase a ser conocido y que haga que la gente se vincule, se involucre’, explica Polo. El director de Actuable considera que para que funcione debe mostrar que la visibilización de esa indignación puede llegar cambiar la realidad. Por eso, en opinión de Polo, decir que cuatro tuiteros son capaces de tumbar una ley aprobada por el Congreso es tan simplista como decir que lo han hecho un puñado de periodistas.

“Escolar insiste en no se debe obviar la Red ni Twitter porque ‘lo que sucede en Internet tiene mucha influencia en los medios de comunicación tradicionales y por ende en toda la sociedad’.

“De hecho, cada vez resulta más fácil ver un tuit como declaración en un reportaje. A veces, que un tema haya sido trending topic es percha suficiente para que se hable de él en un medio. Muchos ojos están pedientes en las redacciones de lo que sucede en esta red social”.

Pero lo que está fuera de toda duda, para el doctor en Derecho González de la Garza, es que Twitter y otras redes han conformado una nueva forma de opinión pública que va demostrando su capacidad de ‘forzar a la clase política, empresarial y a los medios a tener en cuenta las manifestaciones que en ellas tienen lugar”’

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