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martes, 25 de septiembre de 2012

Marisela Morales, la otra historia de la PGR




MEXICO, DF.- Marisela Morales, titular de la Procuraduría General de la República, parecería seguir un guión de Televisa en la construcción de su carrera política al estilo de las “estrellas”. Desde relaciones amorosas y alianzas en lo “oscurito”, hasta informaciones filtradas de negociaciones con narcotraficantes, marcan su trayectoria de trabajo en uno de los pilares para combatir el crimen en México.
Disciplinada, en un momento clave para ese país, como es el proceso de imposición de Enrique Peña Nieto, impulsado principalmente por Televisa, Morales protege a esta empresa y destaca nuevamente con parcialidades en la justicia al cerrar los ojos ante los vínculos de este consorcio mediático con el narcotráfico. La lealtad de Morales a Televisa, aún después de que las autoridades de Nicaragua y Costa Rica apuntaran ineludiblemente sus investigaciones a esta empresa, al parecer, busca recompensa en la siguiente adminsitración.
Para comprender el papel estratégico que ha jugado Morales en este proceso político, es necesario retroceder en el tiempo y escarmenar en sus propios archivos personales. Sobretodo, archivos específicos que dan cuenta de la calidad de su gestión al frente de la oficina encargada de investigar y perseguir los delitos en México. Mientras Televisa y los medios que la secundan se encargan de fabricarle una "imagen" de condecoración internacional.
De la SIEDO a la cabeza
En marzo de 2011, Felipe Calderón y el CEN del PAN, giraron instrucciones a la PGR para que realizara labores de espionaje en conjunto con la Secretaría de Defensa Nacional (SEDENA 2a Sección) y la Secretaría de la Marina (Unidad de Inteligencia Naval). La orden incluía realizar búsquedas en las bases de datos de las dependencias gubernamentales, sobre los antecedentes y trayectorias delictivas de connotados priistas. El objetivo, según información confidencial, era usarla con fines electorales e inducir mediáticamente el voto a favor de los candidatos del PAN.
Para esa tarea, se removió a Arturo Chávez Chávez, un abogado egresado del Tec de Monterrey, que había recorrido varios cargos de la PGR en el estado de Chihuahua, dejando una estela de feminicidios y otros crímenes sin resolver, hasta llegar a ser arropado por Diego Fernández de Cevallos quien intervino con Felipe Calderón para que lo nombraran titular de la Procuraduría de 2009 a 2011. Después de Chávez, se puso a Marisela Morales Ibañez como titular. Y aquí los medios jugaron el papel asignado en el guión: destacaron el hecho de que fuera mujer, como sugiriendo que por ello la corrupción estaría descartada. Más tarde, la misma Morales se encargaría de dar la respuesta a los mexicanos.
La funcionaria había mostrado su lealtad al PAN en el sexenio de Vicente Fox, al prestarse a levantar sumario al izquierdista Andrés Manuel López Obrador, en 2005, para desaforarlo, cuando era jefe de gobierno en el Distrito Federal. Se portó a la altura de los intereses del sistema, y con ello quedó posicionada en el sexenio de Felipe Calderón, con la responsabilidad clave, también, de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), dependencia encargada de las fuerzas policiales contra el narcotráfico.
Desde ahí se reclutaron a 117 agentes, presumiendo capacidad ética para evitar su corrupción. Sin embargo, con el tiempo, se denunció que los exámenes de reclutamiento eran parte de la simulación gubernamental y contrataban a los agentes por recomendación directa, entre éstos policías presos que no teminaron de cumplir condenas y fueron liberados para atender responsabilidades de investigadores contra el crimen. “Con una llamada por teléfono pasan los que quieren los jefes” llegó a denunciar un agente federal.
Entre los pendientes
Los feminicidios en Ciudad Juárez fue otro conjunto de casos, ignorado con pruebas y evidencias para abrir líneas de investigación que revelaban incluso participación de policías federales y militares. Entre las evidencias ignoradas o destruidas entregadas a la SIEDO, se encontraba un video de una masacre de 36 jovencitas en una casa de seguridad para prostitución, perpetrado a principios de septiembre de 2010.
No obstante, pese la denuncia y búsqueda de datos de las propias madres de las víctimas que se reunieron con la entonces funcionaria responsable de SIEDO, los feminicidios no fueron tampoco su prioridad ni por la evidente participación del crimen organizado y autoridades públicas denunciadas con nombres y apellidos en nuestras investigaciones conjuntas con el periodista español Javier Juárez.
El video de la masacre de Juárez fue realizado por un policía municipal, como parte de su trabajo, y subido anónimamente a la red en esa fecha. Después fue retirado, y vuelto a subir con el seudónimo de “chiquita69” hasta julio de 2012. Contiene imágenes donde las jóvenes se están desangrando, acuchilladas y balaceadas, nombres de las víctimas, colonias donde viven, el rostro de policías que están en la escena del crimen, acercamiento del rostro de las jóvenes y sus edades oscilan entre los 17 y 22 años. Nada de esto fue registrado públicamente por la policía municipal ni investigado por la SIEDO, comandada por Marisela Morales.
El video aún está en línea, y el Comité de Madres de Juárez lo entregó con una grabación que dejaron anónimamente en uno de sus celulares, con un fondo musical de cantos gregorianos. La SIEDO recogió la evidencia, y a los meses, les dijo al grupo de madres que "no era nada", que esa información "no era fidedigna".
Morales, con un historial de casos sin resolver, al igual que su predecesor, tomó posesión de la oficina de la PGR el 31 de marzo de 2011 y fue premiada con visitas a Washington para legitimar su nuevo cargo.

Por Guadalupe Lizárraga
losangelespress.org
Septiembre 24 de 2012
Primera de Dos Partes

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