Subscribete:

Leaderboard

miércoles, 12 de febrero de 2014

La pertinencia de MORENA





Morena está a punto de obtener su registro como partido político y enfrenta una contradicción cuya solución habrá de marcar, para bien o para mal, el futuro de ese movimiento. Fiel a su vocación democrática, Morena se apresta a convertirse en una fuerza electoral de oposición al régimen, a través de una organización cuya finalidad última es salvar a México. Pero lo hace en un contexto de instituciones simuladas, que de 1988 a la fecha ha perpetrado dos descarados fraudes electorales (para imponer primero a Salinas de Gortari y en 2006 a Calderón Hinojosa) y una elección fingida (la que a base de la compra-venta de votos, terminó por imponer a Peña Nieto en la presidencia).

Ante tal realidad, es necesario preguntarse, ¿qué caso tiene contender en elecciones viciadas de origen? ¿Equivale tal conducta a validar el régimen al que se combate? ¿Tiene caso optar por la vía democrática?

De entrada, la respuesta obvia se inclina contra de la decisión de Morena. Sin embargo, creo que es mejor para la democracia deseada, que Morena cuente con registro y contienda electoralmente. Su presencia agrupa a un conjunto de ciudadanos cuya fuerza progresista, de no existir Morena, no hallarían cabida ni representatividad en el PRD ni en ninguno de los otros partidos de la izquierda (real o mentida).

Aún siendo las instituciones electorales una cloaca, los mexicanos debemos ganar, de una vez y para siempre, ganar el derecho a elegir a los gobernantes. Así, es importante que Morena esté presente, defendiendo el derecho a una libre elección, representando a quienes apuestan por la instauración de la democracia para transformar al país.

Es importante la presencia de Morena, además, porque nunca ha transigido con los poderes espurios, emanados de la contrarrevolución mexicana, esa mafia que sirve a las oligarquías locales y foráneas. Sin la presencia de Morena, sin la voz crítica de su conciencia ética, cualquier imposición pasaría sin objeciones. Con Morena contendiendo electoralmente, por lo menos habrá una voz para denunciar y anotar para la historia la falsedad de los procesos.

Cuando Maximiliano usurpó el poder, Juárez inició una presidencia itinerante, llevando consigo los documentos que daban existencia legal a nuestra patria. Juárez representaba la República, encarnando la legalidad, enarbolando su legitimidad. Algo parecido podrá hacer Morena convertido en partido político, siendo, por lo menos, la voz de la conciencia de un pueblo democrático, que quiere recuperar su país, rescatando o mejor, reinventando las instituciones nacionales.

@Vegdelanoche



Nota editorial leída el 11 de febrero de 2014 en #LosAtractivosDeLaNoche, programa de radioamlo.org, que se transmite los martes de diez de la noche a una de la mañana.


No hay comentarios:

Publicar un comentario