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martes, 29 de abril de 2014

El producto del auge petrolerífero del fracking: Violencia, adicción y enfermedades de transmisión sexual



frack well




Un boom del petróleo es a corto plazo y transitorio. El personal foráneo y los equipos pesados se dejan caer en las zonas rurales a menudo para succionar todo el combustible que pueden lo más rápido posible, y luego irse.


Y mientras los efectos desastrosos del fracking sobre el cambio climático y la salud están bien asentadas, sus efectos sociales sobre las personas y las comunidades vecinas a las operaciones de perforación se discute cada vez menos. Pero varios estudios recientes sobre las consecuencias sociales del fracking muestran que se aplica la misma indiferencia para las consecuencias del bienestar social de los trabajadores y de las comunidades que se convierten en ciudades de auge para el fracking.


La actitud de la perforación petrolífera hacia las personas es la misma que hacia el clima: protegerlos es una carga que impide la extracción más económica posible y la venta de combustible. Por eso no es de extrañar que Peter Rugh, escribiendo para Vice, encuentra que las operaciones de fracking están relacionadas con la violencia contra la mujer, enfermedades de transmisión sexual y el uso de drogas.


Los miles de pozos de fracking que operan en la cuenca Bakken, produciendo más de 660.000 barriles de petróleo crudo diarios, requieren de miles de trabajadores provenientes de todo el país, separados de cualquier conexión social existente. La mayoría de ellos son hombres, "80 hombres por cada mujer", según un veterano de la industria citado en Vice.

Los clubes de prostitución y de striptease han aparecido alrededor de estos "campos de hombres" para aprovecharse del desequilibrio entre los sexos, pero la desigualdad de género está poniendo a las mujeres en peligro también. Un informe del Departamento de Justicia está en curso para examinar el impacto de los campos de la industria petrolera en “la violencia doméstica, violencia en el noviazgo, abuso sexual, y acoso”. Susan Connell, una conductora de camión en Bakken de Dakota del Norte, dijo en una reseña de National Geographic que ella debe llevar consigo una barra de metal como un arma para defenderse de asaltos en la "nube de testosterona" de las ciudades petroleras.

Un informe de Food & Water Watch descubrió que los problemas sociales causados ​​por el fracking se extienden en el aumento de los accidentes de camiones pesados, puesto que la infraestructura de las ciudades pequeñas están sobrecargadas por el tráfico de transporte pesado. Y la mano de obra importada incrementa las infecciones de transmisión sexual y los arrestos por violaciones de desorden social. Y eso es sin mencionar el peligro básico del trabajo: la tasa de mortalidad de los trabajadores del petróleo y el gas es asombrosamente alta.


El uso de metanfetamina ha crecido en áreas altamente "fracturadas", probablemente en respuesta a las agotadoras horas de trabajo y la falta de opciones de entretenimiento y de vínculos sociales.


Empresas de perforación podrían invertir en la reducción de estos costes, pero eso iría en contra de la lógica de las ciudades de auge para el fracking. Las empresas no tienen ningún compromiso a largo plazo con sus trabajadores o con las ciudades donde establecieron las operaciones de perforación, así que no hay ninguna razón para gastar el dinero en las opciones de entretenimiento, la prevención de la violencia, en los exámenes médicos o mejoras en la infraestructura que podrían marcar la diferencia. Tratan mal a las ciudades y a los trabajadores como lo hacen con el cambio climático, es un problema ajeno y abordarlo sólo entorpecería la búsqueda de beneficios.


fractura-hidraulica.blogspot.mx


Traducción del artículo "The Product Of An Oil Boom: Violence, Addiction, And STDs" publicado en Think Progress el 23 de octubre de 2013

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