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lunes, 16 de abril de 2012

Educación es la base del desarrollo social: AMLO





Las razones son obvias la educación es la base del desarrollo, permite crear condiciones de equidad, ensancha el disfrute de la vida y hace florecer la democracia. La educación es el bien menos material que existe, pero el más determinante para garantizar la paz, la tranquilidad y el porvenir de los pueblos, firmó hoy por la mañana, Andrés Manuel López Obrador, candidato presidencial por la coalición de izquierdas (PRD, PT y MC) ante los medios.
Por eso ha sido irresponsable que en aras de un fundamentalismo tecnocrático, en los últimos tiempos, la educación en México se haya puesto al mercado, como si se tratara de una mercancía. Es decir, han buscado convertir un derecho social fundamental en un privilegio.
Los resultados de esta absurda política educativa están a la vista: los índices de escolaridad se encuentran dentro de los más bajos del mundo, no sólo con relación a países con el mismo nivel de desarrollo que el nuestro, sino por debajo de naciones con menor nivel económico.
Inclusive, puede probarse que la actual crisis de inseguridad y de violencia se debe, en mucho, al abandono de la educación pública.
Como saldo del desastre educativo, podemos señalar que son graves los problemas en la calidad de la enseñanza y en cuanto a la cobertura para atender a quienes están en edad de estudiar.
En el nivel básico, preescolar, primaria y secundaria, el problema mayor radica en la calidad de la enseñanza; y en la educación media y superior el distintivo es la exclusión de miles de jóvenes que no pueden ingresar a escuelas preparatorias o universidades por falta de espacios, ante la carencia de presupuesto para la educación.
Para enfrentar los variados y complejos problemas de la educación en México propongo, en términos generales, garantizar a la gente más humilde el acceso a la educación en todos los niveles de escolaridad; mejorar la calidad de la enseñanza; vincular la educación a la realidad productiva y social de los estados y las regiones, y asumir la tarea educativa con la participación de maestros, padres de familia y el esfuerzo organizado de la sociedad en su conjunto.
De manera específica llevaremos a cabo las siguientes acciones:
  • Se establecerá en los planes de estudio de preescolar, primaria y secundaria la lectura como asignatura independiente. Es urgente que nuestros alumnos lean todos los días en las aulas de la República. José Martí y José Vasconcelos vieron en la lectura -y de manera correlativa en los libros- el medio para salvar a Hispanoamérica. Este sueño sigue siendo válido.
  • Se reducirá el tamaño de los grupos. Los grupos sobrecargados impiden el éxito de los métodos de aprendizaje, obstaculizan la atención personalizada, impulsan el autoritarismo del docente y no permiten una evaluación justa y humanista. Esta reducción se irá haciendo de manera gradual, de acuerdo a las condiciones económicas del país. La meta será que el tamaño del grupo no rebase los 30 alumnos por docente.
  • Se impulsará las Escuelas de Tiempo Completo. Se procurará multiplicarlas en las regiones marginadas del campo y de la ciudad. La ampliación de las horas de estudio en los países asiáticos ha demostrado que el factor tiempo contribuye de manera decisiva en el rendimiento escolar.
  • Se reforzarán los liderazgos escolares (subdirectores, directores e inspectores). El cacicazgo sindical ha corrompido el sistema escalafonario nacional, que constituye el instrumento que se utiliza para otorgar los ascensos de los docentes y establecer así la cadena de mando de las escuelas. Para ello habrá que reformar la normatividad respectiva y reducir el poder enorme que tiene el sindicato en la materia. Esto significa acabar con la corrupción actual y lograr que se termine el cacicazgo. Sin liderazgos legítimos en las escuelas no puede haber trabajo de calidad.
  • Se capacitará y actualizará al magisterio. La experiencia nos indica que el rendimiento escolar está asociado a la capacidad profesional de los docentes. Por ello se impone la elaboración de un Programa Nacional de Actualización Permanente del Magisterio. Llegaremos a un acuerdo con los maestros para evaluar el desempeño de los docentes de manera profesional, sin represalias o influyentismo, como sucede en la actualidad. La evaluación es necesaria en todas las políticas públicas, y la de evaluar en materia educativa es fundamental, pero hay que entender que la evaluación no es un fin en sí mismo, es un medio, un mecanismo cuyo resultado debe ser mejorar la calidad del proceso educativo. Por eso estoy de acuerdo con la propuesta de Juan Ramón de la Fuente, llamado a ser el próximo secretario de Educación Pública, de crear un Consejo de Evaluación de la Educación. Un Consejo, por ley, autónomo, conformado por ciudadanas y ciudadanos que sean expertos en la materia y cuyas deliberaciones sirvan para retroalimentar al sistema educativo, no para favorecer sólo algunos o para excluir a los adversarios. Invitaremos a las maestras y los maestros del país a que se sumen y participen en el proceso de transformación de la educación en México. Vamos a evaluar el proceso en todos los niveles. Pero la evaluación no va a servir para cobrar facturas ni para premiar sólo a los incondicionales. Simultáneamente habrá que trabajar tenazmente, a fondo, dando atención especial a las escuelas normales. Que las nuevas generaciones de maestras y maestros tengan cada vez un mejor nivel académico, técnico, pedagógico, pero también ético. La tarea del maestro es la más noble de todas. Hay que revalorarla y engrandecerla.
  • Se garantizará la educación gratuita, a través de apoyos en materia alimenticia, habrá alimentos en las escuelas de colonias populares, en comunidades pobres del país; útiles escolares y transporte, a los estudiantes de las zonas marginadas del campo y de la ciudad. Con niños desnutridos y pobres en útiles escolares no puede haber calidad en los aprendizajes. Los exámenes estandarizados a nivel nacional e internacional han demostrado que los mejores rendimientos los obtienen –salvo excepciones- los hijos cuyos padres tienen mejores condiciones de vida.
En función de ello, de manera específica se garantizará lo siguiente:
Se ampliará el programa de desayunos escolares en las comunidades y colonias más pobres.
Para las comunidades pequeñas y dispersas habrá centros regionales de servicios comunitarios, con maestros para cada grado, horarios adaptables, albergues, alimentación y transporte. Estos centros contarán con granjas y talleres.
Se entregarán becas a estudiantes de familias humildes en todos los niveles escolares.
Se entregará también de manera gratuita, como se hace en el Distrito Federal, uniformes y útiles escolares en todas las escuelas del país, en los niveles de preescolar, primaria y secundaria.
Se abolirán las cuotas que cada año se dan como cooperaciones voluntarias en las escuelas públicas, lo que aportan padres de familia, y para ello se establecerá un mecanismo de entrega directa a cada plantel educativo de los recursos necesarios para el mantenimiento y la reconstrucción de aulas, así como el mobiliario y el equipo básico.
  • Se revisarán los planes de estudio de las escuelas tecnológicas a fin de adecuarlos a las necesidades de las regiones del país. La educación técnica estará en estrecha conexión con el aparato productivo. Los alumnos de las escuelas tecnológicas deberán adquirir los conocimientos necesarios para organizar e impulsar la organización de empresas.
  • Habrá acceso gratuito a internet para todos los estudiantes de las escuelas públicas. En toda la educación pública se dará atención especial al deporte, a las artes y se impulsará que en todas las escuelas públicas de nivel básico estén asignaturas y materias como el civismo, la ética, la filosofía, la historia y la literatura.
  • En México sólo estudian 4 millones de jóvenes en las distintas modalidades de bachillerato, lo que representa una cobertura de apenas el 50 por ciento. Además de la baja cobertura, la deserción es altísima, solo 4 de cada 10 jóvenes que entran a estudiar la preparatoria la terminan. Cada año 600 mil jóvenes en todo el país abandonan la preparatoria sin terminar sus estudios. En razón de lo anterior, además de construir planteles para este nivel de escolaridad, todos los jóvenes inscritos en una preparatoria o bachillerato público tendrán derecho a una beca, de la misma manera como se lleva a cabo en la Ciudad de México.
  • Como lo hemos venido diciendo, vamos a otorgar presupuesto suficiente a las universidades públicas para garantizar el 100 por ciento de inscripción a todos los jóvenes que lo soliciten y deseen estudiar en el nivel superior. Ciento por ciento de inscripción a todos los jóvenes que quieran estudiar en las universidades públicas.
El problema educativo es complejo: hay rezagos, vicios, inercias, desánimos, cacicazgos, pero también se cuenta con un gran potencial, con maestros, maestras, investigadores, intelectuales y científicos de primer orden y existe un enorme deseo en la sociedad de impulsar la educación en nuestro país.
Todo estriba en tener voluntad para impulsar la educación, en desatar las iniciativas creadoras para lograr una educación más equitativa, de calidad y auténticamente liberadora.
Hago de manera especial un llamado a todos los trabajadores de la educación, maestras y maestros, para lograr juntos una verdadera revolución educativa, en un marco de libertad y democracia sindical, sin caciquismos e imposiciones desde el gobierno, con el objetivo superior de impulsar la educación para transformar a México.
La educación, como todos sabemos, es el mejor recurso para el desarrollo y uno de los pilares fundamentales para hacer valer la democracia.

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