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lunes, 28 de mayo de 2012




Más de 50 mil personas en apoyo a Enrique Alfaro

 
Se lleva a cabo “Caminata por la Paz y la Esperanza” con más de 50 mil asistentes
El día de hoy se llevó a cabo la “Caminata por la Paz y la Esperanza” en la ciudad de Guadalajara, encabezada por Enrique Alfaro, candidato a la gubernatura del estado por Movimiento Ciudadano, en donde se reunieron más de 50 mil asistentes.
Desde la plaza tapatía, el corredor de las fuentes, hasta la explanada del Instituto Cultural Cabañas lució completamente llena.
Los puntos de partida de la caminata fueron de La normal y del Parque de la Revolución, para reunirse después de una hora en la explanada del Cabañas, donde Enrique Alfaro dirigió el siguiente mensaje:
Mensaje de Enrique Alfaro.
Amigas y amigos, mujeres y hombres libres de Jalisco:
Es un gran honor estar hoy al lado de ustedes, esta tarde, levantando la voz, construyendo historia, caminando hacia el futuro. Es una altísima distinción poder luchar junto a jaliscienses que no se rinden, que no se resignan, que no se doblan. Quiero agradecer la generosidad de todos los aquí presentes por el tiempo dedicado a venir a la explanada del magnífico Instituto Cultural Cabañas, patrimonio de la humanidad y orgullo de los jaliscienses. Estamos aquí reunidos por una causa, por un anhelo común: alcanzar la paz y recuperar la esperanza.
Hoy estamos aquí hombres y mujeres libres de todos los rincones de Jalisco; de la ciudad y del campo; de la costa sur y del norte del estado; de los barrios marginados de la ciudad y de las zonas más prosperas de la región. Esta concurrencia ilustra nuestra diversidad social, económica, religiosa, étnica y hasta política; pero confirma, sobre todo, que cuando actuamos desde la libertad, es posible transformar nuestra realidad: transformar el miedo en esperanza, combatir la violencia con justicia.
El mensaje el día de hoy es muy claro: somos más, muchos más, los que queremos cambiar la historia, que los que quieren repetirla.
Por ello, hoy podemos decir que estamos demostrando que nuestra voluntad de cambio es mucho más poderosa que cualquier partido político, que nuestro Movimiento Ciudadano está más allá de las geometrías políticas. Este es un movimiento de dignidad, de conciencia, de responsabilidad. Esta es la aportación del pueblo Jalisciense al proceso de construcción de la cuarta gran transformación nacional: la nueva República también se construye desde Jalisco.
La caminata por la paz y la esperanza del día de hoy es producto de la indignación que compartimos miles, millones de jaliscienses por el estado de descomposición social que priva en todos los municipios del estado. La violencia del crimen organizado se ha apoderado de las calles y se ha metido a la intimidad de los hogares, ha deteriorado la vida pública, y corrompido gobiernos de todos colores; ha pasado a ser parte de la vida cotidiana y ha destruido familias enteras. Sabemos que la violencia no se combate con más violencia. La violencia sólo puede enfrentarse con justicia.
Por eso, la caminata de hoy también es un acto de dignidad y de congruencia. Es un acto de dignidad porque en lugar de quedarnos en nuestra casa, con nuestras familias como aspiramos a estar cualquier fin de semana, decidimos estar hoy aquí para decir ya basta. Es un acto de congruencia porque estamos aquí por nuestra propia voluntad, sin acarreos, y con la única ilusión de transformar nuestra realidad para salir de la mediocridad y para que las cosas no sigan igual.
Son muchos los agravios por los que hoy estamos reunidos. Son  miles de historias personales las que se entrelazan para formar una atmósfera de violencia y una sensación de desesperanza. Pero lo más lamentable de todo esto es que todavía hay quienes frente al clima de violencia le abonan a pervertir la vida pública porque así conviene a sus intereses. 
La guerra sucia en las campañas políticas no hace más que abonarle a la descomposición social y a crear un caldo de cultivo para que la violencia se exprese de diversas formas. La violencia genera más violencia, pero la violencia en la política electoral es un contrasentido que sólo denota impotencia e incapacidad para confrontar ideas. Ese es el tamaño de la ambición y el cinismo de los partidos que han gobernado siempre en Jalisco: no importa nada, sólo importa su mezquina voracidad por el poder.
El tamaño de GUERRA SUCIA que han emprendido contra este movimiento es del tamaño del miedo que nos tienen. Desde la cobardía del anonimato intentan confundir, sembrar dudas, atemorizar. Todo con el fin de mantener sus privilegios. 
Pero déjenme decirles algo: la guerra sucia se les va a revertir porque subestiman a la gente.  Efectivamente, nos tienen miedo porque nosotros no tenemos miedo. No tenemos miedo a levantar la voz, a disentir, a decir lo que pensamos, a terminar con la impunidad, y a construir un Jalisco próspero y en paz. No tenemos miedo a desafiar a los partidos poderosos, no tenemos miedo al dinero en las campañas, no tenemos miedo a las estructuras clientelares ni a las mafias del poder. Y no tenemos miedo porque detrás de este movimiento hay un gran poder que nos respalda: la fuerza de la gente libre, la fuerza de todos ustedes.
Hemos luchado mucho para llegar hasta aquí. La ruta no ha sido fácil. Hace casi dos meses comenzamos a recorrer el estado para dar a conocer nuestro proyecto, para explicar por qué sí es posible cambiar la historia. 
Hemos hecho una campaña desde la austeridad, dialogando con la gente, sin derroche suntuoso de la propaganda. Lo hemos hecho sin guiones, sin estilistas y modistas. Hemos hablado cara a cara con los ciudadanos, “a lo pelón”.
No nos escondemos, no hacemos cercos de seguridad, no llevamos acarreados, ni exigimos porras. No pedimos votos, pedimos actos de conciencia y disposición para escuchar. Yo hablo con la gente, no declamo para auditorios a modo. Yo voy a las universidades y creo en los jóvenes, no les temo ni pienso que su derecho a expresarse libremente sean actos de complot. Yo no uso corbata ni sonrío como actor de telenovela, yo me arremango la camisa para trabajar y me indigno ante la situación de mi estado. Esa es la diferencia central de la visión del PRI sobre el cambio y la nuestra: la transformación que nosotros queremos no es de oropel ni de maquillaje, si no de profundidad y de seriedad.
A lo largo de este mes hemos puesto sobre la mesa diez principios para cambiar la historia:
Por eso, nuestro movimiento se ha comprometido con una nueva política educativa libre de poderes facticos y con compromiso social.
Por eso, nos hemos comprometido con una nueva visión de seguridad ciudadana que recupere la tranquilidad de las familias.
Por eso, estamos comprometidos con impulsar una verdadera política de combate a la desigualdad, la marginación y la falta de oportunidades.
Por eso, no dudaremos en implementar una política de competitividad que genere empleos y desarrollo económico.
Por eso, no descansaremos para edificar un Jalisco sustentable y con visión de futuro mediante una política ambiental responsable y enérgica.
Por eso, vamos a rescatar al campo de la pobreza y la marginación con una visión responsable del desarrollo agropecuario y la competitividad de las regiones.
Por eso, vamos a honrar nuestra palabra y a renovar la vida publica con principios, austeridad y promoviendo la participación de la gente en los asuntos públicos.
Por eso vamos a sacudir la vida pública y vamos a combatir sin tregua la corrupción y la impunidad. 
Nuestra convicción es seguir por esta vía, cueste lo que cueste: no proponemos recetas mágicas, sino el compromiso de poner nuestro mayor esfuerzo al servicio de los jaliscienses, de los que hoy creen en nosotros, pero también de quienes nos ven con incredulidad, de quienes militan en algún partido político y de quienes no creen en ellos; de quienes han caminado con nosotros, pero también quienes nos han denostado. Este proyecto es de todos. Nosotros no creemos en diferencias irreconciliables, ni en posiciones ideológicas extremas. Creemos en el respeto, en la tolerancia, en el diálogo y la idea de que a los jaliscienses nos debe unir un solo propósito: hacer de nuestro estado la locomotora de la transformación nacional.
Estamos muy cerca de cambiar la vida política de Jalisco. Estamos muy cerca de ganar una elección contra todos los pronósticos, en medio de la adversidad. Hemos alcanzado ya lo que pocos se imaginaban. Pero en los siguientes días vamos a terminar lo que ya iniciamos.
Por eso, hay que estar preparados, se avecinan días en los que pondrán a prueba nuestro espíritu de transformación y nuestra voluntad de cambio; los embates contra nuestro Movimiento Ciudadano arreciarán. Por eso debemos mantener la serenidad y despertar el optimismo. 
Lo mejor que podemos hacer en estos días es difundir nuestros mensajes, hacer que nuestras palabras y nuestras ideas se escuchen fuerte en todos los hogares de Jalisco. Ante las ofensas, propuestas. Ante las calumnias, verdades. Ante la intimidación, valentía. Ante la soberbia de los poderosos, la humildad de los luchadores. 
No nos vamos a doblar. Todos los que estamos hoy aquí tenemos una tarea: llevar el mensaje de que somos muchos, miles los que albergamos la esperanza de un mejor futuro. Desde aquí aportaremos nuestra voluntad y nuestro esfuerzo para impulsar la gran transformación nacional. Lo haremos con el orgullo que significa estar luchando al lado del líder social más importante de México: Andrés Manuel López Obrador.
Estamos a punto de cambiar la historia. Eso no pasa todos los días y por eso hay que tomar fuerza para seguir avanzando, para seguir creciendo. Hay que decirles a todos lo que están de nuestro lado que no es momento para la apatía, ni para la simulación. No tenemos tiempo que perder, quedan 35 días de lucha, 35 días para recuperar la esperanza.
Todos los que hoy llenan esta plaza pueden sentirse orgullosos ya de lo que estamos haciendo. A nosotros nadie nos podrá reclamar que cuando nuestro país nos necesitó, no estuvimos aquí defendiéndolo. Nadie nos podrá reclamar el no haber luchado para regresarle a Jalisco y a México la esperanza. Todos en esta plaza podremos pronto ver a nuestros hijos a los ojos y decirles que no fallamos, que cumplimos, que pueden estar orgullosos de sus padres. En 35 días, pase lo que pase, vamos a sonreír mirando hacia adelante con la frente en alto por no haber permitido que nadie nos arrebatara el futuro.
En este Movimiento Ciudadano hemos demostrado que los jaliscienses podemos hacernos cargo de construir una nueva historia, que podemos volver a tener algo en que creer, que podemos recuperar la esperanza de vivir en un mejor lugar, que podemos defender nuestras convicciones con libertad, con independencia y con un gran sentido de responsabilidad. 
Los jaliscienses queremos volver a creer en algo. Yo creo en ustedes, creo en el poder de los ciudadanos, y quiero que luchemos para rescatar la esperanza de cambiar la historia de Jalisco. Quiero que luchemos para aspirar a una paz viva, una paz que prospere. De poco sirve la paz de membrete cuando hay hambre; la paz no prospera en la desigualdad; no hay paz donde reina la simulación, las complicidades y los privilegios. Quiero ser Gobernador para construir una paz que se sustente en la educación, en la cultura, en la equidad, en la honestidad. Una paz que podamos respirar todos los días, que podamos sentirla hondo en el pecho y que podamos defenderla con todas nuestras fuerzas. 
Por eso, con su voluntad, su energía, su determinación y su confianza vamos a recuperar la esperanza de los jaliscienses y vamos a ganar el primero de Julio.   

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