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martes, 11 de junio de 2013

La democracia en México





Este tema pareciera gastado, completo y fuera de contexto. Hace apenas unos meses hubo cambio de gobierno después de un proceso electoral avalado por las autoridades correspondientes como limpio, equitativo y transparente.

Llegó a la presidencia el "nuevo" PRI luego de 12 años fuera de Los Pinos. Las mayoría de las fueras políticas aceptaron su triunfo en las urnas y de igual forma se renovaron las Cámaras, sin mayores problemas. Todo lo anterior sitúa a México como un país democrático y con alternancia en el poder.

Según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), una de las condiciones para considerar a un país democrático es que las elecciones sean "libres y limpias". En esto México -más menos- cumple con los requisitos; sin embargo, también incluye otros dos aspectos básicos: la democracia civil y la democracia social.


Estos dos factores son fundamentales para que una sociedad disfrute las mieles que se supone ofrece un sistema democrático. La democracia civil la define como los derechos, libertades y garantías individuales de los ciudadanos ante la ley; así como las instituciones encargadas de que esto se cumpla.

La democracia social se resume en las condiciones que permitan una vida digna a todos los sectores de la sociedad. Tomando como base estos dos aspectos, es bueno hacer un alto y reflexionar sobre cómo vivimos en México y que tanto se cumplen esto en la realidad.

México ha avanzado en materia de derechos civiles, garantías individuales y libertad de expresión. Esto es uno de los grandes cambios que ha permitido al país caminar hacia una vida política electoral más representativa y equilibrada, aunque existan situaciones que rompan con este contexto, como los casos de Atenco, Oaxaca o los abusos a ciertos sectores como los mineros.

Sin embargo y a pesar de que las instituciones y autoridades son menos autoritarios y más respetuosos de estos derechos, México pasa por un momento álgido porque estos derechos se rompen y se trastocan con el crimen organizado, que ha pisoteado literalmente cualquier tipo de derecho en contra de pueblos enteros, afectando las garantías y la seguridad de la sociedad.

Cuando civiles se ven en la necesidad o en el engaño de tener que armarse para defenderse, esto habla de que algo en la democracia civil no está funcionando. Es decir, se traspasan las leyes y las instituciones, las libertades y las garantías individuales quedan a disposición de unos cuantos y la vida misma se pone en entredicho.

Esto genera que miles de personas se hayan visto en la necesidad o la urgencia de desplazarse de sus poblados en busca de seguridad por las amenazas y abusos de ciertos grupos criminales. Por más que se intente ver esto con buenos ojos, los miles de desplazados y desaparecidos acumulados en estos más de seis años, hacen que la calidad de vida de sus familiares no sea buena.

Entonces esto -y otros factores- trastoca y limita la democracia social, ya que no hay posibilidades de tener una vida digna. Se genera pobreza material y alimentaria (México tiene más 50 millones de pobres), se pierde la oportunidad de estudiar y de tener acceso a medios de información y sobre todo, las nuevas generaciones pierden la oportunidad de desarrollo debido al desgarramiento social que provoca el hecho de estar en una situación de "guerra" e indefensos.

Además de esto, hay una gran pérdida en materia de libertad de expresión, uno de los elementos fundamentales para el desarrollo democrático de un pueblo. Los medios de comunicación en muchas regiones han sido censurados o autocensurados por las amenazas y atentados en contra de sus instalaciones y por los secuestros y asesinatos de sus periodistas y trabajadores.

Y peor aún, las cosas en temas electorales se ponen cada vez más críticas en algunas regiones debido a que los candidatos son amenazados, secuestrados y/o asesinados. Hay presión por parte de grupos armados para que la gente vote por determinada persona o hay sospechas de campañas financiadas con dinero de procedencia ilegal.

Esto es un repaso muy superficial de lo que a diario acontece en México. Estamos viviendo en dos extremos paradójicos. Por un lado, el orgullo de los políticos que aseguran que la democracia funciona, que las instituciones hacen muy bien su trabajo y las leyes protegen a todos los ciudadanos.

Por el otro, algunas personas están viviendo situaciones propias de los estados más autoritarios o con un sistema político endeble, anárquico y corrupto. Un "estado fallido" dicen los que saben de estas cosas.

El punto es que como sociedad, debemos de tener bien en claro que la democracia no se limita a votar y ya. Esto se denomina democracia electoral, pero es nuestro deber y nuestro derecho, obligar a las autoridades elegidas vía el voto libre y secreto, que asuman su responsabilidad para que el pueblo mejore su calidad de vida, que estemos seguros en cualquier lugar en donde vivamos y que disminuya la pobreza y la desigualdad social.

No es nada fácil todo esto, pero si queremos cambiar las cosas, la sociedad debe entender que la democracia no empieza ni termina en las urnas. La democracia es un estilo de vida que - en teoría- asegura prosperidad e igualdad para todos. Parece un sueño, pero somos un país democrático y por lo tanto, tenemos el derecho a disfrutar de todos sus beneficios.... ¿O México no es un país democrático?


Por Daniel Higa Alquicira
mx.ibtimes.com

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