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jueves, 21 de agosto de 2014

Pedro Salmerón le envía carta a Fernández Noroña





En los últimos días se ha visto a través de Twitter una álgida discusión entre el líder de izquierda Gerardo Fernández Noroña y el historiador del ITAM Pedro Salmerón, este último “concluyó” la discusión enviándole una carta abierta al dirigente de la Asamblea Nacional por la Independencia de México (ANIMO).

A continuación reproducimos textualmente la carta.

CARTA ABIERTA A GERARDO FERNÁNDEZ NOROÑA


21 de agosto de 2014

Compañero:

I. El 12 de agosto próximo pasado enviaste una carta a Andrés Manuel López Obrador. Como la carta era abierta me tomé la libertad de responderte con una serie de tweets respetuosos desde la mañana del día 13. Durante cinco días debatimos en un tono civilizado, aunque el último día empezaste a decir que yo tergiversaba y distorsionaba tus argumentos. Finalmente, el 18 proferiste un brutal insulto y, al pedirte que lo retiraras (y pasar también yo, lo acepto y te ofrezco mis disculpas, a la descalificación personal) lo agravaste al día siguiente primero con un insulto aún peor, incluso con algún tufo de amenaza y luego, haciendo tuyas una serie de calumnias contra mi persona.

Como creo en la honestidad y el valor de muchos de tus seguidores y a veces creo también en tu propia honestidad, te dirijo esta carta abierta y, por mor de congruencia, pues al lanzar una carta pública exiges que se te dé respuesta, te pido que hagas lo que exiges de otros: que no la dejes sin respuesta.

Entremos en materia. Mi opinión sobre tu carta, opinión personal, como ciudadano y también como militante de base de MORENA, expresada en demasiados tweets, puede resumirse en los siguientes puntos:

a) Las decisiones en MORENA no las toma un individuo, sino un colectivo. Por lo tanto, la crítica a su táctica y su estrategia no pueden personalizarse, como lo haces, sino que son una crítica a ese colectivo dirigente: el Consejo Nacional, cuyos integrantes llevan a esa instancia la voz de la militancia. Y esto, reitero, lo digo a título personal.

b) Tu señalamiento sobre la inutilidad de nuestra lucha es profundamente injusto. O parte de la incomprensión o es, como lo dije, abiertamente provocador. Puedes diferir de la táctica pero no invalidar la decisión y el trabajo que desarrollan miles de personas en todo el país y que no se reduce, ni mucho menos, a la recolección de firmas para exigir la consulta popular sobre la “reforma energética”.

c) No rechazo la desobediencia civil, la huelga general ni el paro cívico como tácticas de lucha. Difiero de tu llamado a hacerlas ya porque, como se ha visto en otros llamados que has hecho, mi lectura de la coyuntura actual indica que apenas se está consolidando una organización de alcance nacional capaz de coordinar la oposición real, condición indispensable para cualquier acción frontal. Mi lectura de la historia muestra que cualquier acción precipitada, basada en la voluntad de un puñado de militantes y no en una amplia organización con trabajo de masas, conduce únicamente a descabezar el movimiento, a la masacre y a la desesperanza de las mayorías. Podría hacer aquí una muy larga digresión histórica, pero se alargaría innecesariamente esta carta, aunque ya la hicimos cuando decías, por ejemplo, que Villa entró a territorio nacional con solo 13 compañeros y te recordé que 500 lo esperaban en San Andrés y Namiquipa y miles más estaban en armas en el resto de Chihuahua.

2. ¿Distorsiono y tergiverso, como afirmas, en medio de una maraña de insultos personales? Difícilmente puede decirse eso de los puntos 1 y 3, pues se refieren a posiciones distintas e interpretaciones distintas de la realidad. Sobre el punto 2, me permito recordar algunas de tus palabras en la carta a AMLO del 12 de agosto:

“Has decidido una línea de no confrontación”, le dices, sobre la línea de MORENA. Y mucho más grave (y completamente falso), afirmas que frente a la entrega de la patria en la reforma traidora de EPN y sus cómplices, “ni siquiera impulsaste una línea de lucha.” Más adelantes reiteras: “Pero sí estás obligado a convocar a una línea de lucha y resistencia en serio. Si en lugar de estar”, lo que claramente implica que nuestra línea de lucha y resistencia no es seria (y lo que sigue hace pensar a muchos compañeros, yo incluido, que nos consideras meros “recursos humanos” que seguimos ciegamente una línea no seria, o ninguna línea de resistencia, para reiterar, siguiéndote, la palabra “línea”).

Decirte, pues, que descalificas nuestra lucha colectiva no es tergiversar, pue es lo que haces. Las citas no dejan lugar a duda. Te respondo otra vez: puede no gustarte la estrategia que hemos decidido (colectivamente); puedes no comprender los objetivos del brigadeo permanente en el que hemos recogido 1.7 millones de firmas ciudadanas; pero no puedes decir que no hay una línea de lucha.

¿Dónde tergiverso? Difiero de tus posiciones, pero no las tergiverso. Después dije, y sostengo, y sigue sin ser tergiversación sino mi opinión ante tu propuesta, que “a la desobediencia civil o a la huelga general no se llama como ocurrencia: se construye organizando”. Y hasta ahí íbamos el 18 de agosto. Ese día proferiste un insulto. Aún, por respeto a quienes te consideran un activista honesto, subí este tuit y me salí de la discusión por varias horas: “Si crees que tergiversé, retiro mis preguntas. Jamás te insulté. Te ruego retires la palabra que usaste. Salgo del debate.”

No: continuaste al día siguiente reiterando el insulto y aderezándolo con el más grave que conoce nuestro idioma. Como sé que los insultos no pintan al insultado sino al que los profiere y como desde la secundaria, en caso de mentada uso mamá prestada, los dejo ahí.

3. Lo que no dejo ahí es una nueva pregunta: ¿ese es el estilo de liderazgo que pretendes implantar?, ¿la intolerancia, seguida del insulto y aderezada con la calumnia? Quizá de ahí provenga tu creciente aislamiento social y un resentimiento personal que se manifiesta en ese tipo de reacciones. Y lo lamento, porque hay aún militantes honestos que confían en ti. Y creo que el estilo, que no construye, aún puede enmendarse, por bien de esos compañeros y de la lucha en contra de nuestro común enemigo: el gobierno entreguista y traidor de EPN y sus cómplices.

Sin embargo, también hay compañeros que te consideran un provocador o peor aún, un agente provocador. Y la virulencia de tus respuestas, tu incapacidad para escuchar la crítica parece darles la razón. No quisiera creerles. Quisiera recordar al compañero con el que caminé en Zacatecas, cuando hacíamos todo lo que en nuestras manos estaba por evitar la imposición de EPN. Quiero creer que sigues haciendo, como yo, todo lo que en tus manos está por revertir las reformas entreguistas y devastadoras que nos imponen los tiburones de las multinacionales energéticas y financieras a través de ese pobrecito hombre inventado por las televisoras.

Quiero creer, aunque algo me hace dudar: un recurso común a los agentes provocadores es la calumnia. Y hoy al insulto de ayer estás añadiendo la calumnia. Calumnia que no tiene ninguna otra base que la fértil imaginación del señor Alfredo Jalife-Rahme, a quien he desafiado más de una vez a que en público debate exhiba las pruebas de sus patrañas. Quizá no estás enterado del trema, aquí está toda la historia: http://www.twitlonger.com/show/n_1s2cn7h?new_post=true

La calumnia no es atributo de un dirigente opositor; la calumnia no es el arma de quienes enfrentan con eficacia al régimen. Ojalá te des cuenta. Si tienes alguna duda sobre cualquiera de las patarañas inventadas por Jalife-Rahme y socios, puedo aclaerarlo cuando quieras, por el medio que quieras.

Para cualquier cosa, estoy a tus órdenes, también por el medio que quieras. Reitero y termino: en MORENA enfrentamos las reformas entreguistas de EPN con una amplia estrategia que aprobamos colectivamente, en MORENA acompañamos los movimientos sociales (muchos dirigentes y militantes indispensables lo son a la vez de los más valiosos movimientos de resistencia a lo largo y ancho del país). En MORENA buscamos una estrategia integral para salvar a la patria. Puede no gustarte, puedes no compartirla o entenderla, pero no puedes decir que no hay tal.

Fraternalmente (todavía), quedo en espera de tu respuesta,

Pedro A. Salmerón Sanginés.

megafonomx.com

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