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martes, 14 de febrero de 2012

Invita López Obrador a rescatar al campo, para rescatar a México





Palabras íntegras de López Obrador durante su participación en Foro "Rescate al campo y Soberanía Alimentaria" ayer en la ciudad de Culiacán, Sinaloa.


Amigas y Amigos:


La política aplicada en los últimos años, la verdad que todavía no debería a ahondar más sobre el tema, porque aquí se ha dicho, pero tenemos que subrayar, la política que han venido aplicando para el sector agropecuario y pesquero ha resultado un rotundo fracaso. En cuanto la llamada política neoliberal, desde 1983, se inició el abandono de las actividades productivas del país en general, en su conjunto, y en particular se abandonaron las actividades productivas del campo. De manera simplista e irresponsable se decidió que en un mundo globalizado se podrían comprar alimentos y materias primas baratas en el extranjero y que no era necesario que el Estado promoviera el desarrollo del sector agropecuario y pesquero.


A partir de esta concepción neoliberal, los tecnócratas redujeron subsidios, eliminaron aranceles, permisos de importación y dejaron de considerar necesaria la inversión pública destinada al sector agropecuario. En otras palabras, dejaron sin protección a los productores y desmantelaron toda la política del fomento productivo. Como era de esperarse, la apertura comercial, apresurada, sin límites estratégicos, pronto originó que los productores nacionales quedaran en abierta desventaja para competir con los del extranjero. Téngase en cuenta que los productores de otros países pueden vender más barato en el mercado mundial porque reciben subsidios, compensaciones, apoyos en tecnología y créditos blandos de sus gobiernos, mientras que en México los productores no gozan de los mismos beneficios y más bien están abandonados a su suerte.


Los efectos de esta política de apertura comercial se agravaron con la drástica disminución de la inversión pública destinada al sector agropecuario. Se redujo hasta casi desaparecer el crédito comercial y el de la banca de desarrollo. Por si fuera poco, el sistema de precios de garantía para los productos básicos fue eliminado con el pretexto de que era una política agrícola anticuada, aunque en Estados Unidos se mantiene bajo la forma de "ingreso objetivo" para garantizar los precios de maíz, trigo, soya, arroz, sorgo y otros productos.


Los resultados de esta otra guerra han sido desastrosos: se redujo la superficie de cultivo agrícola; se abandonaron potreros; disminuyó casi a la mitad el hato ganadero; se perdieron empleos rurales; creció la emigración como nunca; se despobló la mitad los municipios del país y aumentó la pobreza, la inseguridad y la violencia en todo el territorio nacional. Habría que agregar que además ahora es mayor la dependencia alimentaria. Por ejemplo, en los últimos quince años, se incrementaron 400 por ciento las importaciones, para lo cual se han erogado alrededor de 180 mil millones de dólares. En 1980, antes de la conversión neoliberal, el país importaba, aquí se habló de eso, el 27 por ciento del consumo nacional de arroz, en 2010 adquirimos en el exterior el 80 por ciento; en cuanto al maíz, las importaciones pasaron del 17 al 25 por ciento; traíamos de fuera 10 por ciento de trigo y ahora el 42 por ciento. De 1990 a 2010, la importación de carne de bovino en canal se incrementó 300 por ciento, la de huevo, 200 por ciento, la de ave, mil por ciento.


Es cierto que la agricultura de exportación ha crecido, pero no ha sido suficiente para compensar el incremento creciente de las importaciones en alimentos y materias primas. Baste decir que el déficit en la balanza comercial agroalimentaria pasó de 694 millones de dólares anuales, en el periodo 1980 a 1982, a 6 mil millones de dólares por año en el trienio 2007-2009. Hay que recordar que por cada dólar en alimentos que México importa, no sólo transfiere al exterior divisas escasas que podrían utilizarse para otros fines, sino que perdemos capacidad productiva y empleos rurales, se reducen los ingresos campesinos y aumenta la pobreza. Más aún, dejamos de aprovechar efectos multiplicadores de la actividad agropecuaria sobre la producción, el empleo y la inversión en otras ramas de la economía.


Aquí se dijo, con todo el potencial de alimentos, México es el segundo importador de alimentos en el mundo, luego de Japón, algo parecido sucede en lo que tiene que ver con los energéticos, somos productores de petróleo, y también somos de los importadores más destacados de combustibles en el mundo.


Yo tengo cuatro grandes prioridades que quiero exponer: Uno es precisamente el rescate al campo y lograr la soberanía alimentaria; la segunda es modernizar e integrar el sector energético para utilizar el petróleo como palanca del desarrollo nacional, aquí informó a ustedes que este compromiso que voy a cumplir de que para fomentar la actividad productiva en México, para apoyar a consumidores, apoyar a productores del campo y de la ciudad, vamos a bajar el precio de las gasolinas, el diesel, el gas y el de la luz.


Hay defensores de la actual política económica, de la actual política energética, que ponen en duda el que podamos lograr, está de moda decir que hay explicar los cómos, es muy sencillo, no va a significar, no voy a profundizar, pero lo explico de breve, de manera breve, no va a significar precios adicionales, cómo es que vamos a poder bajar los precios de los combustibles, vamos combatir la corrupción de Pemex y de la Comisión Federal de Electricidad. Se hablaba aquí de Japón, nosotros tenemos seis refinerías y estamos produciendo 2 millones 600 mil barriles diarios, pero más de la mitad de ese petróleo se vende al extranjero, tenemos materia prima, tenemos petróleo crudo.


Se refina el petróleo en el extranjero, y estamos comprando el 52 por ciento de la gasolina que consumimos en el país a precios elevadísimos, Estados Unidos tiene 149 refinerías, nosotros tenemos 6, Japón que no tiene petróleo crudo tiene 44 refinerías, por qué se sigue esa política, qué explicación se puede dar para esa actitud, si todos sabemos, y aquí se digo también en el caso del campo, que lo mejor es dar el valor agregado a la materia prima, no se generan los empleos en el país, porque materia prima, por qué ser o llevar a cabo una política que sería similar a que vendiéramos naranja y compráramos jugo de naranja.


No hay ninguna justificación económica, nos cuesta traer la gasolina nada más el flete tres pesos por litro, por qué entonces no se hacen las refinerías por el negocio de la compra de las gasolinas, se compran 400 mil barriles diarios de gasolina en el extranjero es un negocio de 30 mil millones de dólares, y nadie sabe de los que estamos aquí quién es el encargado de ese negocio. Entonces nada más terminando con esos negocios, y lo mismo pasa en la industria eléctrica, terminando con esos negocios vamos a poder bajar precios a los combustibles, vamos a construir cinco grandes refinerías en el país para de dejar de comprar las gasolinas e impulsar del desarrollo del país.


Generación de empleos y el combate a la pobreza, ese mi tercera, vamos a echar a andar la economía, a que haya crecimiento para que haya empleos y se va a combatir la pobreza, no solo por razones humanitarias, sino para poder serenar al país, todo lo que se está pasando de inseguridad y de violencia se debe a que no hay oportunidades ni trabajo, ni de estudio para los jóvenes, todo esto se originó porque se le canceló el futuro a millones de mexicanos, raro sería que sin crecimiento en la economía, como ha sucedido, llevamos 30 años sin crecimiento económico, sin generar empleos, que no hubiese inseguridad y violencia.


Por eso tenemos de echar a andar la economía, generar empleos y combatir la pobreza, esa es la tercera prioridad Y la cuarta prioridad es precisamente garantizar la tranquilidad y la seguridad pública en nuestro país, me comprometo a serenar al país, me comprometo a que regrese la tranquilidad y la paz social en el país.

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