En una entrevista que hace Álvaro Delgado a Alejandro Gurza
Obregón, empresario de Torreón Coahuila, en Proceso
este 20 de febrero de 2012, el empresario señala lo siguiente:
“A diferencia de la
campaña presidencial anterior, esta vez muchos hombres de negocios han
escuchado la propuesta política y económica de Andrés Manuel López Obrador. De
esto habla, coahuilense lastimado por la corrupción del ex gobernador Humberto Moreira:
Lo mismo hizo Peña Nieto en la reunión que tuvieron hace dos
años y que terminó de mala manera. “Después de hablar con él yo le dije: ‘No
puedo apoyarlo ni acompañarlo en la campaña, no estoy de acuerdo con lo que
está usted haciendo’. Y se puso en un plan grosero. ‘Me tengo que ir’, dijo.
Ah, pues váyase”.
–¿Así terminó el encuentro?
–Así, bruscamente. No tiene capacidad para ser político y
menos presidente. No es la manera de tratar a una persona que usted invita para
que colabore con usted, y porque le diga que su compadre o su íntimo amigo es
un corrupto se enoje. Bueno, ahí están las consecuencias: lo tuvo que quitar a
fuerza, porque seguía apoyándolo, como presidente del partido.
Pero, además, Peña Nieto tiene otros pendientes: “¿Por qué
como gobernador del Estado de México no hizo nada contra su pariente Arturo
Montiel, que todo mundo dice que es un corrupto, hasta su segunda esposa?
Porque no tienen vergüenza. Cómo se puede confiar en una persona de esas para
gobierne el país. No se puede tener confianza en él.”
Los panistas tampoco se salvan: “En el caso de Fox, por
ejemplo, a mí me decepcionó. Habiendo votado y habiendo hecho lo imposible por
que llegara, creo que su señora le ha hecho mucho daño. ¿Por qué, habiendo
tenido la oportunidad de hacer toda una limpieza, no lo hizo? Para mí es una
incógnita.”
De Calderón rescata el combate al crimen organizado, pero
alude a prácticas fraudulentas en el PAN y las corruptelas de panistas en los
gobiernos: “Los panistas corruptos son más culpables que los priistas
corruptos, porque al menos éstos ya saben que pueden robar y ser impunes, pero
que los panistas lo hagan no tiene perdón de Dios. Porque precisamente el PAN
se creó como un partido en defensa de México y contra la corrupción y la
impunidad.”
Y sobre su amiga Vázquez Mota, a quien califica de
respetable y a quien invitará también a Torreón para que hable ante la
comunidad, Gurza la compara con López Obrador:
“Tendríamos dos buenos candidatos: Andrés Manuel y Josefina.
Josefina no ha llegado a gobernar como Andrés Manuel y con él tenemos la
experiencia de que gobernó bien. Comenzó con los pisos elevados, en los que
nadie creía, no se ha caído ninguno, ni cobró comisiones con la hechura, ni hay
nadie que diga y hubo corrupción, nadie”.
–El PAN sí ha sido crítico.
–Podrá haber sido, pero no puede calumniarlo en el sentido
de que robó o que fue deshonesto, y si
lo dice y si lo afirma alguien en el PAN, es deshonesto o es desconocedor.
–Corre riesgo de que lo expulsen, como a Manuel Espino.
–A mí no tienen por qué expulsarme. Antes de que me
expulsen, me retiro. ¡Yo no cometí ningún acto en contra del partido, ninguno!
Que piense diferente y no esté de acuerdo con cómo han actuado políticamente,
es mi derecho, es mi libertad y es mi creencia. Y si creo, y es mi derecho y mi
libertad, lo puedo hacer, ¿por qué no?
Apoyado por su familia en su definición política, el
empresario lagunero acepta que ha recibido críticas: “Me ha reclamado mucha
gente. ¿Por qué estoy con Andrés? Porque quiero, porque soy libre. ¿Para qué
les contesto más? Si me pongo a dar explicaciones hay unos que no van a
entender. ¡Hay unos que me han calificado de traidor! Pero por teléfono, no en
persona.
–¿Cómo?
–Hubo uno que le hablé para felicitarlo por Navidad y Año
Nuevo y me contestó horriblemente. No le contesté nada por respeto a la amistad
anterior. No creo que yo merezca de mi amigo tratarme como me trató. ¡Yo no soy
traidor de nadie! Si yo no me estoy traicionando a mí mismo, ¿por qué me llama
traidor? Pienso diferente en materia política, eso no es traición.
–¿Fue un panista?
–Vino de una persona que quiero mucho. Algún día él se va a
arrepentir de cómo me ofendió. No doy su nombre, pero es una de las personas
que más me han lastimado en mi vida por la forma, el tono y lo que me dijo. Me
quedé callado y aguanté el insulto, sin merecerlo.
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