En el 2006 voté por primera vez por López Obrador, el fraude electoral nos mantuvo a muchos en un movimiento muy asediado por los medios, lo llamaron loco, aferrado al poder, pejelagarto, pejezombie y de más cosas despectivas.
Pero soportó tanto gracias a la convicción política de cambiar al país.
Los recientes movimientos de los universitarios muestran la necesidad de este cambio, pero no podemos solos. Con AMLO podemos hacerlo, necesitamos un dirigente y yo votaré una vez más porque él lo sea