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martes, 15 de mayo de 2012

UNA ECONOMÍA PARA TODOS. Por: ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR





La política económica aplicada desde 1983, abandonó las actividades productivas, agropecuarias e industriales, promovió la apertura comercial indiscriminada y dejó a los productores nacionales competir en condiciones desventajosas frente al exterior.
Han sido desastrosos los resultados de esta irresponsable política: En casi 30 años, la economía no ha crecido; el Producto Interno Bruto creció en promedio 2.3 por ciento; tomando en cuenta el aumento de la población, el Per Cápita es de 0.4 por ciento anual, uno de los más bajos del continente y del mundo.
El gobierno abandonó a la industria nacional; se crearon pocos empleos y mal pagados. En 15 años se generaron 500 mil empleos formales cada año, pero se necesitan un millón 200 mil.
Por eso, 700 mil mexicanos han emigrado, se buscan la vida en la economía informal o tomaron el camino de las conductas antisociales. Además, 7 de cada 10 trabajadores con empleo, reciben ingresos menores a los tres salarios mínimos, 13 dólares diarios (lo que pagan por hora de trabajo en E.U.).
El mercado interno está en manos de monopolios y de importaciones. Nuestra propuesta para reactivar la economía y crear empleos, considera las siguientes medidas: -Con la participación conjunta del sector público, privado y social, la economía crecerá a 6 por ciento anual y se generarán 7 millones de empleos en el sexenio.
El crecimiento se logrará con disciplina en las finanzas públicas; respetando la autonomía del Banco de México; manteniendo los equilibrios macroeconómicos y sin inflación, endeudamiento ni más impuestos.
Inclusive, se eliminará el IETU. ¿Cómo se logrará? El desarrollo se financiará con tres decisiones: Reducir 15 por ciento el gasto corriente, bajar los sueldos de los altos funcionarios públicos y suprimir el gasto superfluo del gobierno.
Combatir la corrupción y eliminar los privilegios fiscales. Con esas medidas se duplicará la inversión pública, que se utilizará como capital semilla para atraer inversión privada y social en un modelo tripartita de desarrollo, con énfasis regional.
Se impulsará el sector agropecuario con miras a la soberanía alimentaria; apoyo a las pequeñas y medianas empresas; grandes obras de ingeniería civil e hidráulica y manejo integral de cuencas de grandes ríos.
Asimismo, trenes de alta velocidad del centro al norte del país; un corredor en el Istmo de Tehuantepec; un aeropuerto en Tizayuca, Hidalgo; y un proyecto de desarrollo turístico para la región maya.
La construcción de 5 refinerías para dejar de importar gasolinas, ahorrar costos en fletes, generar empleos y bajar el precio de gasolinas, diesel, gas y energía eléctrica en beneficio de consumidores y de las empresas. Por último, habrá un amplio programa de construcción de carreteras y de obras públicas para reactivar la economía y crear empleos.
La fórmula es sencilla: el Estado combate la corrupción, ahorra recursos e invierte con eficiencia. El sector privado participa, invierte en México y paga impuestos.
El sector social se involucra en los proyectos, vigila su buena marcha y cuida el medio ambiente. Impulsaremos la libre competencia y no se permitirán los monopolios.
En las compras del gobierno se dará preferencia a la industria nacional. Fortaleceremos el mercado interno y el bienestar de la gente. No dejemos pasar la oportunidad de cambiar la actual política económica que está destruyendo al país. Solo hay dos opciones: o más de lo mismo o un cambio verdadero. El destino de México está en tus manos.
Vía: El Universal

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