Nos tienen miedo porque no tenemos miedo
Hay algo que nos mueve, para algunos es la esperanza, para otros la rabia, habrá quien se mueva por que esta de moda u otros que lo hagan por el placer de moverse, pero la ciudadanía se dio cuenta que la inmovilidad, que la apatía y que el desgane, trae como consecuencia la imposición, la sumisión. El 10 de Junio será recordado porque los ciudadanos han dicho que ya basta de la videocracia imperante en el país, no somos menores de edad, nuestro voto no es un juego, no es una mercancía ni una prerrogativa de buena voluntad que nos han dado, es una herramienta (de muchas que hay) por la que innumerables mexicanos, hombres y mujeres libres han luchado para obtenerla, el voto razonado es conmemorar su lucha.
Ayer quedó claro, por la vía institucional existen dos proyectos, el del viejo régimen y el del movimiento progresista, el de quienes queremos un cambio y entre quienes desean mantener los privilegios e injusticias. Por la mañana, el debate entre los candidatos a la gubernatura de Jalisco fue la consolidación de Enrique Alfaro como quien abandera la verdadera transformación estatal, “Todos hacemos el cambio” pero para aspirar al cambio, no se puede ser parte de un partido que representa el autoritarismo y la ineficiencia. Una debate que se centró en el ataque y las mentiras, en las propuestas alucinantes y en las patadas de ahogado.
El rostro del candidato del PRI sufrió un proceso de descomposición al no poder enfrentar las críticas y alusiones a su pésimo manejo de la administración tapatía, lo pudimos observar, al finalizar el debate, como frente a la prensa no podía esconder su disgusto, su dedo golpeaba constantemente la mesa, mientras intentaba apoyarse con el presiden nacional del PRI Joaquín Coldwell, personaje que detonó la existencia del movimiento #YoSoy132 con sus declaraciones que descalificaban los hechos suscitados en la Universidad Iberoamericana.
Alfaro por el contrario, se le vio más seguro, más preparado y más entregado que en el primer debate, la gira que nos ha llevado a lo largo del Estado, lo ha hecho madurar, lo ha hecho entender muchas de las necesidades de primera mano que los ciudadanos tienen, se ha encontrado con la miseria y el olvido, es por eso que reafirma su compromiso por cambiar la cosas, por poner al gobierno al servicio de la gente.
Ya por la tarde, la gente se reunía en la Minerva, sitio donde quienes vivimos en el AMG acostumbramos festejar nuestras victorias, ya desde temprano había miles de ciudadanos congregados para ver el debate presidencial en comunidad. El inicio fue de locura, AMLO fue el primero en participar por lo que quienes nos encontrábamos ahí pudimos apreciar el inmenso apoyo que cuenta el candidato de las izquierdas en Guadalajara, cada candidato tenía una serie de consignas, pero sin duda, quién perdió en la Minerva, fue Peña Nieto, “¡No más PRI!” era el cantico de guerra de esta ocasión.
Ya por la noche a fiesta se iba preparando, las emociones de los asistentes se congregaban por la espera de los candidatos triunfadores en sus respectivos debates “Demos la bienvenida…” decía el animado mientras escuchábamos la canción de Morena, la adrenalina estaba al 100, “…al próximo gobernador de Jalisco y al próximo presidente de México” la gente enloqueció. Ambos se abrieron paso frente a la multitud de periodistas que se abalanzaron a los candidatos, para que por fin aparecieran en el estrado.
Al final se pudo conjugar una serie de factores por las que podemos tener claro que fue un buen día, que fue la antesala de lo que Andrés Manuel predijo aquella noche, el día de las elecciones sin duda “será el día de una fiesta cívica nacional”. Hoy sabemos que hemos triunfado por que nos tienen miedo, porque no tenemos miedo.
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