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martes, 8 de octubre de 2013

Adiós a Mancera y las reformas que se pueden ir



Miguel Ángel Mancera Jefe del Gobierno del DF


Quién diría que un personaje que llegó con tanto apoyo para gobernar la capital del país, hoy ya no sienta lo duro, sino lo tupido. Miguel Ángel Mancera, en ocasiones da la impresión de querer manejar un bajo perfil; pero en otras, da la impresión de no saber qué hacer o al menos, de estar atrapado de pies, manos y boca.

Nadie puede servir a dos amos dice el refrán, y aplica para la situación del gobernante capitalino. La situación no puede ser peor: priistas, panistas y una enorme franja de la población del área conurbada de la Ciudad de México, lo tachan de blandengue. No es para menos, los daños a la vida de quienes a diario tienen que trasladarse por las principales calles y avenidas de la capital, provocan una estridente exigencia de meter a raya a los manifestantes que están por encima de las autoridades en una actitud prepotente, retadora y de desprecio hacia todos.

Pero el ala izquierda (los que lo llevaron al poder) ahora le llaman traidor. El hecho de disponer de fuerzas de seguridad en las marchas (la más reciente, la del 02 de Octubre), es motivo para que lo tachen de cómplice del sistema y mitotero de Enrique Peña Nieto. Necesarias aunque insuficientes, las fuerzas del orden han sido más bien humilladas por anarquistas y los miembros del CNTE y con todo eso, no les da gusto a sus correligionarios quienes quisieran ver las calles libres de policías para hacer y deshacer a su antojo.

Creo que Mancera está pasando por uno de esos momentos en los que preferiría que su mandato acabara pronto.

Por otra parte, Enrique Peña Nieto adelanta que va con todo para conseguir las reformas que tanto le importan y (según él) México necesita urgentemente. Apoyado en la versión de que las reformas educativa y de telecomunicaciones se aprobaron; asegura que la fiscal, energética y financiera, también habrán de darse. No hay que olvidar que la reacción por parte de los afectados por las reformas aprobadas, minó su imagen pública; y aun así, está dispuesto a asumir los costos políticos al impulsar las que faltan ¿será?

No estoy seguro, hay que ponderar que las reformas aprobadas, pegaron a un par de sectores (intereses) específicos; sin embargo, el caso de la energética y la fiscal, pega a todo México en su conjunto. Por tanto, el desgaste que representó la presión mediática y social al momento de aprobarse la educativa y la de telecomunicaciones, posiblemente serán tan sólo calistenia en comparación de lo que se le está preparando para la defensa del petróleo y la oposición al aumento en las obligaciones fiscales.

AMLO, subido en la ola y casi por encima de todas las agrupaciones de izquierda, toma bandera e iniciativa para comenzar la amenaza de lo que él llama “resistencia pacífica”. El escenario podría ser varias veces más grande y grave de lo que vimos con el CNTE. El PAN, quiere cubrir el otro frente, levantando la voz y tratando de tomar la defensa de la clase media en el tema del IVA; sin embargo, tengo mis dudas por el historial institucional (alineado) que el blanquiazul ostenta, aunque de todas formas el ruido lo está haciendo y la gente forzosamente hará eco.

Luego entonces y tomando en cuenta que durante la administración de Peña Nieto, él mismo ha dado muestras de ceder ante presiones importantes (en su día de toma de posesión, por ejemplo), me parece que las reformas que amenazan con romper la cuerda al aprobarse, podrían irse en lugar de llegar y así, dejar la cuerda un poco menos tensa.


Por Jorge Díaz
www.porunmexicointeligente
@adejorge

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