ASO difundió su acusación en las redes sociales, bajo el formato de una carta dirigida a sus amigos, que MEO reprodujo en su propia página de Facebook. ¿En qué momento doña Carmen Lira, mi querida Jefa Máxima (aunque ya no trabaje para ella, eso siempre será para mí), se convirtió en un peligro para la protegida de Marcelo Ebrard y Elba Esther Gordillo?
En ninguno, pero según ASO, al darle cobertura periodística a la crisis permanente en que MEO tiene a la UACM, La Jornada ha envenenado la mente de sus lectores y engendrado en ellos sentimientos asesinos que ponen en riesgo la vida de la señora, de su esposo, de sus hijos, de su nuera (la actriz Nora Huerta, del grupo autodenominado La Banda de las Recodas) y de su equipo de trabajo.
“El viernes sucedió un evento que estuvo cerca de convertirse en una tragedia luego de que mi madre (…) convocara en el programa de (Carmen) Aristegui a una reunión para dialogar con los paristas que tienen cerrados algunos planteles de la UACM”, preludió ASO en su carta, mintiendo con la palabra “algunos” porque están en huelga cuatro de cinco.
Ese día –ojo, por favor, el pasado viernes--, “le salió al paso una turba de aproximadamente cien jóvenes que sin dejarla avanzar, le gritaban insultos de todo tipo mientras ella intentaba llegar a su auto”, continúa ASO y afirma que dos colaboradoras de su madre “terminaron lastimadas”, pero no lo prueba en su escrito.
Bien, la noche de ese viernes 7 de septiembre de 2012, cuando en realidad corrían los primeros minutos del sábado 8, alrededor de 50 taxis piratas, encabezados por un gangster del PRD, llamado Jacobo Venegas, pasaron ante las rejas de la UACM plantel Cuautepec haciendo disparos al aire con armas de fuego. ¿Comprenden ustedes ahora por qué utilizo las iniciales de María Esther Orozco para aludir a una “humanista” de tan baja estofa, capaz de valerse de una pandilla de hampones para atemorizar a sus jóvenes opositores?
No olvidemos que la UACM está paralizada por los estudiantes en protesta por el fraude electoral cometido por Orozco durante el reciente proceso de renovación del Consejo Universitario, de cuyos 55 asientos, 33fueron ganados por adversarios a la rectora, pero ésta, con marrullerías que envidiaría Vazurita el del IFE y Uña Ramos del Trife, desconoció a nueve e impuso a cinco más, con lo que logró una mayoría de 14 votos en el máximo órgano de gobierno de la institución.
Como frente a tal arbitrariedad no les quedó otro recurso, los estudiantes se fueron al paro indefinido de actividades, con una sola demanda: la reinstalación de los auténticos vencedores en sus cargos, pero en lugar de aceptar el diálogo con los muchachos, la dulce señora Orozco pidió a Marcelo Ebrard la intervención de la fuerza pública para desalojarlos y, como este deseo no se le ha cumplido, apeló a las bases de apoyo de los chuchos, en este caso los taxistas piratas de Cuautepec, para que les enseñen, con las armas en la mano, de qué lado masca la iguana y se hace la raya cuando se peina el león.
Pero la audacia delirante de Alejandra Sánchez Orozco, vocera oficiosa de su madre, desbordó esta vez todos los límites: si en su momento acusó de “homófobos” a quienes denunciaron que doña MEO dio a Nora Huerta, pareja de ASO, un alto cargo de confianza sin satisfacer los requisitos exigidos por la ley, ahora en su carta se voló la barda a comparar a Carmen Lira con Goebbels.
Esther Orozco, según su hija, es víctima de “una izquierda dañina que utiliza un medio de difusión como brazo de propaganda política y persecución al mejor estilo de Joseph Goebbles (sic), me refiero al periódico La Jornada que se ha dedicado no sólo a difamar, mentir, negar el derecho universal a la réplica y a sostener un artificios movimiento contra la rectora”.
No contenta al acusar de nazi a Carmen Lira, la niña Sánchez Orozco se lanza también contra el Movimiento Regeneración Nacional, esto es, contra AMLO (y coincide con Ciro Gómez Leyva, quien en 2008 dijo que el político tabasqueño era un “Hitler”).
“Los golpes y agresiones recibidos, casualmente han venido de Morena o bien de gente de poder político como es el caso de Carmen Lira, grupos cercanos a Raquel Sosa, Martí Batres, Arturo Alcalde (todas estas personas pertenecientes al gobierno legítimo). Y el colmo es Paco Ignacio Taibo 2quien ha encabezado marchas sin dejar claro cuál es o dónde están (sic) o en qué parte se vulneran sus intereses en una institución en la que él no trabaja”.
¡Pobre México! La UACM es una institución pública y como tal está sujeta al escrutinio permanente de la sociedad. Es también un centro de reflexión y debate abierto a todas las ideas. ¿Un escritor como Taibo no puede externar su oposición a las trapacerías de Orozco, su hija, su nuera y los taxistas piratas que disparan simbólicamente contra los muchachos?
La mañana del sábado pasado, después de la intimidación armada que sufrieron, los paristas de Cuautepec fueron a la agencia del Ministerio Público más cercano a presentar una denuncia de hechos contra Jacobo Venegas y sus matones, pero los “defensores sociales” que estaban de turno en esa representación de la Procuraduría de Justicia del DF no les permitieron levantar el acta.
¿Qué espera Ebrard? ¿Un asesinato? La UACM es autónoma y el GDF no puede ni debe intervenir en sus asuntos internos. Por lo tanto, la impunidad que le ha brindado a doña MEO para hacer y deshacer a su antojo, constituye una intromisión flagrante e inaceptable. ¿La carta de ASO no le basta para convencerse de que la universidad capitalina está a merced de una psicótica incompetente y atrabiliaria?
Lo cierto es que ASO, MEO, Ebrard y Jacobo Venegas son parte de ese PRD chucho del que AMLO y Morena tomaron el domingo sana distancia para bien de la izquierda y del país. En defensa de la UACM, de su proyecto, de sus estudiantes y maestros, y de mi Jefa Máxima, hoy también estaré en Twitter, en la cuenta @Desfiladero132, por si ocupan.
Por Jaime Avilés
fuentesfidedignas.com.mx
Septiembre 11 de 2012
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