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sábado, 21 de diciembre de 2013

Reforma Energética: Contrarios al interés de México



Foto: Cuartoscuro.com


Los legisladores que votaron a favor de la reforma energética propuesta por el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto actuaron en contra de los intereses de México. Las dirigencias de los partidos Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI), con honrosas excepciones, desde 1998 hasta el 2013 se han unido para repartirse la riqueza de la nación en nombre de “la democracia” y en defensa del “pluralismo”. La democracia del PRIAN significa favorecer  a un grupo de amigos empresarios en México y en el extranjero. El pluralismo consiste en lograr un sistema bipartidista (PRI y PAN) donde las cúpulas deciden e imponen.

Las familias mexicanas no viven en paz ni mejor que en 1998, cuando los dirigentes del PAN y del PRI apoyaron el atraco del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) para dar paso al Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (Iproaba). En los recientes 15 años se agudizaron la miseria, la pobreza y la violencia en diferentes regiones de la patria de Ricardo Flores Magón. Con la llegada del PAN a la presidencia de la República se fortaleció un bipartidismo oligárquico diseñado por los asesores de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) y Diego Fernández de Cevallos. Una apariencia democrática agradable a los gobiernos de Estados Unidos y a las oligarquías regionales, asiáticas y europeas.

Desarrollar la nación es una promesa de los dirigentes priístas durante los gobiernos de Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000) y el actual régimen neoliberal presidido por Peña Nieto. Los ejecutivos panistas que se muestran tan complacidos en diciembre de 2013 por la aprobación de la reforma energética “que tanta falta le hace al país” se olvidan del acelerado subdesarrollo que ocasionaron los gobiernos de Vicente Fox Quesada (2000-2006) y del usurpador Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012). Si tuvieran coraje, dignidad y memoria, rectificarían, actuarían en favor del pueblo mexicano y no incitando al odio como lo hicieron contra el ex candidato de centro-izquierda Andrés Manuel López Obrador, durante 12 años consecutivos y como lo hace ahora Miguel Ángel Monraz Ibarra, presidente del PAN Jalisco, en contra de los dirigentes, militantes y simpatizantes de Movimiento Ciudadano.

En diciembre de 1998 Adolfo Aguilar Zínser (1949-2005) se abstuvo de votar sobre la Ley de Protección al Ahorro y cuestionó a los senadores del PAN y del PRI por legalizar prácticas fraudulentas contra la nación. En menos de 12 horas la oligarquía se puso de acuerdo para defender el Fobaproa. Se le cambió el nombre, pero no hubo depuración ni esclarecimiento de los hechos de corrupción. Fue un acuerdo de cúpulas para favorecer a los super-ricos y, otra vez, como en 1988, justificarse en nombre de la democracia, “la estabilidad y la paz”. El senador Aguilar se lamentó en aquella ocasión y le comentó a Francisco Ortiz Pardo, periodista de Proceso: “Nosotros ya no tenemos la facultad de modificar las leyes. Entonces ya no somos Senado de la República”.

Aguilar Zínser hizo frente a la actuación vergonzosa de panistas y priístas en 1998 y recordó que afortunadamente había excepciones. Se refería a 12 diputados del PAN, que en aquella ocasión votaron en contra de la llamada Ley del IPAB. Eduardo Mendoza Ayala y su compañero Héctor Flavio Valdés García, ambos del estado de México, cuestionaron a la dirigencia de su partido, por queé“el PAN claudicó en favor de los intereses de hombres de negocios que hicieron fortunas al amparo del poder y dio la espalda a la demanda social de que no se aprobara la deuda del Fobaproa”. Se cumplen 15 años de acciones contrarias al interés mexicano en nombre de Acción Nacional, una colectividad que había luchado por democratizar y dignificar la política en México.

Salvar bancos a espaldas del Congreso de la Unión y en contra de la población era una de las acusaciones de Adolfo Aguilar Zínser al gobierno de Ernesto Zedillo. Por estar a favor de salvar vidas y no aceptar la invasión criminal estadunidense en la República árabe de Irak, unos años después, quien también fuera representante permanente de México ante la Organización de Naciones Unidas fue obligado a renunciar en noviembre de 2003, cuando el presidente Fox Quesada se sintió ofendido porque un funcionario (Aguilar) reconociera que las autoridades de Estados Unidos “ven a México como su patio trasero”.

Promulgar la reforma energética en 2013 es confirmar que la patria de Benito Juárez y Emiliano Zapata es vista por los monopolios belicosos como un escenario donde Estados Unidos puede disponer de recursos naturales y energéticos con la venia del PRIAN, la alianza oligárquica irresponsable y culpable de la guerra o combate de Calderón Hinojosa que dejó más de 60 mil muertos. En el “patio trasero” los monopolios estadunidenses pudieron y pueden vender y prestar armas a los cárteles del narcotráfico, porque en la guerra “todo se vale” y los muertos, la gran mayoría, son humildes ciudadanos de México, Belice, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y algunas naciones de Sudamérica.

Fomentar un espíritu independiente y rescatar el sentido de justicia son tareas urgentes al interior de movimientos, organismos y partidos políticos que se oponen a la privatización y venta de México. Sería irresponsable esperar pasivamente hasta el año 2015, a ver si es posible realizar una consulta popular sobre la reforma energética. La reacción entreguista que en 1998 aprobó el Fobaproa; en 2003 calumnió y obligó a renunciar al embajador Adolfo Aguilar Zínser; en 2006 robó las elecciones a la mayoría de ciudadanos que eligieron presidente al candidato progresista Andrés Manuel López Obrador; en 2012 compró con artimañas la presidencia de México y en 2013 privatizó a Pemex, continuará cometiendo asaltos y crímenes durante los meses que vienen, si se lo permiten.

Por Fernando Acosta Riveros
La Jornada/Jalisco
Diciembre 20, 2013

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